lunes, 30 de diciembre de 2013

2013

Un año más llegando a su fin y un año más que me tenéis delante del teclado. Un año de gente que se fue y gente que vino, gente incluso que está ahí aunque no se vea demasiado.
Personalmente este 2013 fue el año más importante de los últimos seis o siete, parece que por fin tengo claro lo que quiero hacer de mi vida y remonto algo de esa húmeda grieta de la que no era capaz de salir. Entre visitas al psiquiatra y a camareros, que también son psicólogos, buenos momentos con amigos, pocos pero escogidos, y una fuerte decisión de querer seguir adelante, parece que las cosas por fin siguen su cauce.
El año empezaba mal, la verdad, y no prometía ser nada especial, pero como suele decirse: “bien está lo que bien acaba”. Realmente hacía tiempo que no me sentía tan lleno de vitalidad, tan pletórico que me pondría a gritar si no supiese apreciar un buen silencio.
Como he dicho, al principio del año las cosas no iban demasiado bien… poco a poco fui levantando la cabeza y viendo que había algo más fuera de las paredes de mi habitación. Más o menos por abril o mayo decidí que quería estudiar el ciclo de Educación Infantil y eso me dio las fuerzas necesarias que aportan un buen objetivo.  El verano lo pasé trabajando muchas horas al día, es cierto, para mí fue una época en la que todo estaba más o menos paralizado, pero siempre esperando a que llegara septiembre y con él las clases.
Cuando empecé las clases tenía algo de miedo, lo reconozco, los cambios siempre producen una pequeña angustia, pero desde esa parece que mi vida vuelve a girar rápido, por fin puedo decir que soy feliz.
No voy a dar nombres propios porque, si bien es cierto que hay personas que ayudaron más que otras, fue mucha la gente que hizo de este 2013 un buen año, y no sería justo que no cupiesen en mis menciones.
Ahora afronto el 2014 con muchas ilusiones y, la verdad, pocos objetivos más que mantener mi vida y ser un poquito más feliz cada día. Creo que el objetivo de todos debería ser levantarnos cada mañana con una sonrisa, las sonrisas valen un mundo.

Feliz año nuevo a todos. J

viernes, 20 de diciembre de 2013

Ahora.

            Cierra los ojos y siente, tu cuerpo está formado por miles de células que te lo permiten, no lo desaproveches. Escucha tu respiración y el latir en tu pecho, entiende que hoy estás vivo y eso es lo que importa. La vida es pasajera, piénsalo, rápido, y ahora no te detengas, ahora corre a lograr lo que más ansías. Ahora. El mejor momento es ahora.

jueves, 19 de diciembre de 2013

Irracional.

 Sólo sus manos eran caos en un mundo dominado por el orden matemático. Figras geométricas perfectas, colores puros y versos sin sentimientos para morir en vida.Y es extraño que de algo creado por y para el equilibrio crezca lo irracional. Extraño y cautivador hasta lo insultante, sublime.
Su fin no era más que el principio de una nueva era donde la palabra cobrara de nuevo vida, donde lo efímero pasará a ser eterno; su fin no era más que volar hasta rozar el techo de estrellas.

martes, 28 de mayo de 2013

...

El más absoluto silencio sólo lo rompía el tic-tac de un reloj y sus saetas, como si quisieran recordarme que el tiempo nunca se detiene. Sin embargo hoy a sido un día que ya se me hace interminable, con los nervios a flor de piel, ni mi cabeza soporta esta tensión.
El pasado se queda atrás, mentira, aún duele; el futuro es demasiado incierto como para hablar de él en este episodio. Del presente... sólo puedo traer estos puntos suspensivos.
Me encuentro en el lugar más inhóspito: las entrañas de una mente perturbada donde la paz no es posible aunque de guerra nunca se hable, buscándome en su espesura. Temo perder la vida al igual que he perdido mi cordura, como agua entre las manos.
Necesito un descanso, un refrigerio que alivie esta pesadumbre y um soplo de aire fresco que encharque de vida mis pulmones, sólo así seré capaz de continuar. Hace tiempo que la carga me ha superado y ya sólo camino por rutina, mas estas tierras son demasiado estériles para llenarme de nuevo, he de encontrar presto mi lugar, de lo contrario pronto serviré de alimento a esos buitres.
Todo se reduce a un signo ortográfico: los puntos suspensivos. Esperanza entre la angustia.

domingo, 19 de mayo de 2013

Inconcluso.


En este cuento no esperéis encontrar brujas ni dragones, castillos encantados ni encantadores príncipes; pero sí hay una hermosa princesa, un sapo, y mucha magia.

Y es que en su historia hay más tragedia que alegría, porque ella es una princesa de carne y hueso... Pero su suerte pronto va a cambiar, pues la magia todo lo puede y un mago con mis poderes no puede quedarse quieto ante tal injusticia. "¿Qué poderes?", os preguntaréis. Pues es fácil y sencillo, difícil es aprenderlo. Y es que no, yo no soy un mago al uso, soy un mago cuyo poder proviene de una de las magias más antiguas: la pabra; y mi magia reside en que yo soy el escritor y, por tanto, yo decido el final.

Parece simple, ¿verdad? Bueno, he de reconocer que en el fondo no lo es tanto... Hace falta mucho más que una tirita para curar un corazón roto. Pero bueno, empecemos por el principio:

No me quedó demasiado claro de si ella miraba el mar o el mar la miraba a ella, sólo sé que mi corazón latía más rápido, más fuerte y más violentamente de lo que las olas rompían bajo sus pies. La naturaleza es sabia y le rendía pleitesía, no como otros habían hecho antes.

¿Antes? Ups, perdón, reconozco que he empezado mi crónica por la mitad, simplemente es que confío en que lo anterior nunca más tendrá importancia. Continúo:

Había tormenta, y eso era un alivio para ella. "Ya que no puedo dejar de llorar, al menos que se disimulen mis lágrimas", pensaba. El tiempo le había hecho demasiado daño, estaba encadenada al frío pasado y ya no tenía fuerzas para liberarse de sus grilletes. Y se arrodilló. Yo sufría por ella, verla así, entregada, ver como su luz interior se apagaba poco a poco... Pensé en ofrecerle mi ayuda pero creo que no era lo que ella querría. Casi estaba decidido a dejarla con sus penas, la miré por última vez buscando una despedida muda cuando... "HELP!" Allí estaba, escrito en la arena. No se había rendido, guardaba sus fuerzas mientras pedía ayuda.

Corrí a su lado a darle un abrazo, rompí los pesados eslabones y...

¿Sabéis qué? No me apetece que esta historia sea tan corta, el final os lo cuento otro día. 

martes, 14 de mayo de 2013

Rándom.


¿Conoces esa sensación de haber perdido algo que no era tuyo?
Te sientes extrañado contigo mismo porque, aún sabiendo que no te pertenecía, querías creerte que sí.
Hay veces en que las cosas se complican tanto que hay que romper con todo, pero en tu interior quedan pedacitos de emociones que se niegan a salir y caer en el olvido. Y no es nada malo, tranquilo. Es más, yo diría que es algo bonito, porque significa que un día fue algo bonito.
Y puede que el resentimiento te cierre los ojos, pero sólo tú puedes entender qué es lo que te pasa y cuál es la manera de darle solución, pues, al fin y al cabo, sólo en ti han germinado tan desconcertantes pensamientos.
Tal vez sea una realidad cruel el darte cuenta de que todo tiene un fin, o al menos de que lo tuvo, pero donde hay muerte has de llevar vida, y quizá algún día todo pueda volver al mismo cauce, o no, pero al fin y al cabo el agua nunca deja de fluir.
Si tienes algo que decir debes hacerlo y si tienes algo que sentir debes sentirlo, y la vida te regalará momentos preciosos.
Recuerda que en todo camino puedes encontrar piedras, pero con piedras también puedes hacer un hogar donde estar con los tuyos.

Memorias de una gran mente afectada por el Alzheimer.




















Fin.

Ilusión de cada día.


“¿Quién tiene prioridad en un cruce de miradas?”, pensaba, mientras un rayo de sol acariciaba su rostro. Su corazón latía fuerte queriendo salírsele del pecho, esperando con emoción volver a verle en aquel mismo banco de siempre y con su sonrisa de siempre.

Vivía con la ilusión de quien ve un nuevo mundo ante sus ojos, y cada mañana se arreglaba buscando conquistarlo. Un nuevo mundo con nombre y apellidos todavía desconocidos pero que, hoy, más guapa que nunca, pasarían a formar parte de su vida. Al menos eso intentaría ella, y estaba dispuesta a darlo todo.
Sentada, repasaba en su cabeza las palabras que había preparado en casa y, con los ojos cerrados, llenaba sus pulmones de aire y coraje para cuando él apareciese por su esquina.

Y así fue. Él llegó y se sentó en su mismo banco de siempre,y le sonrió, como siempre. Ella se levantó y dio unos titubeantes pasos a su encuentro, pero, a medio camino, su valor subió al cielo, evaporado, y escapó presa del pánico.

Llegó el invierno y con él los días de chaqueta y lluvia. Cayeron las hojas de los árboles del parque y los días de sol pasaron a ser un efímero recuerdo. Ella volvió cada día, pero él no volvió a pisar su esquina.
Y así vivió de ilusión, y así murió de tristeza.

miércoles, 27 de febrero de 2013

María


Siento tan pesada carga en mi cuerpo que ni entiendo cómo todavía sigo en pie, pero aquí estoy de nuevo, plasmando penas en un blanco y sacándolas de mi ser. El tiempo no me cambia, pero aunque no tenga remedio, nunca pondré fin a este sentimiento. Es vida.


María lloraba desolada, sin un hombro en el que descargar sus lágrimas y su alma. Había fracasado, en todo, y lo peor, ella sabía que así era. Poco a poco su mundo se venía abajo y ella no había hecho nada por remediarlo, y ahora, arrepentida, dejaba escapar sus lágrimas con la esperanza de así ahogar sus penas o de que al menos le diesen tregua. Pobre diablo.
Siempre se había esforzado en ser una pieza más de este destartalado sistema, pero era demasiado diferente para ello, y ya había invertido demasiado tiempo en sandeces y vanalidades, era la hora de actuar. Ella lo sabía, igual que yo hoy lo sé.
Levantó la cabeza y abrió los ojos.


Es increíble, ¿verdad? Lo extraordinaria que una mente puede ser. Pero aún más increíble lo es a veces por ordinaria.
Yo no soy una máquina de escribir. Y, a decir verdad, espero no serlo jamás. Un escritor no es una máquina de escribir, o al menos no debería serlo.
Y menos yo. Basta que esperes algo de mí para que no sea capaz de cumplir. Es así, no puedo explicar el por qué porque ni yo mismo lo sé, pero es así. No esperes nada por mi parte y nunca te defraudaré, siempre daré más, pero en el momento en que esperes algo... huye, huye.
Muchas veces me cuesta cumplir conmigo mismo, demasiadas, diría, como para cumplir con el resto.
Qué más da, quien me conoce sabe cómo soy y que no se me puede cambiar, pero también sabe que soy cristalino como el agua pura.



Se secó las lágrimas, peinó un poco su alborotada melena con la mano, y se puso en pie. Se prometió no volver a mancillar sus rosadas mejillas, y se fue.

martes, 26 de febrero de 2013

Soy así.


Hoy tengo una gran sonrrisa, y no sé por qué.
Ha sido un día pesado, de un lado para otro, pero siento que empiezo a ser libre. Mi mente viaja a donde nunca antes había estado y eso es... increíble, no hay otra palabra.
Es como sentir la brisa marina acariciar tu rostro mientras el sol brilla y sabes que sólo existes tú.
¿Sabéis? Hace tiempo que descubrí algo: soy sinestésico. Seguramente muchos os preguntéis qué es eso, y os diré que es una de las mejores sensaciones que conozco. Es como ver la música u oír sus caricias. Es eso, ni más ni menos. Una mezcla de los sentidos que a veces se vuelve demasiado intensa para ser explicada.
Siempre lo fui, desde luego, antes simplemente ignoraba que eso fuera algo tan peculiar, lo daba por natural, hoy me alegro de serlo y poder disfrutar las cosas de tantas formas diferentes.
Y, sí, ya sé que a la gran mayoría no os importa mi vida, bueno y qué. Hoy me apetece hablar de mí, más que nunca, y, aunque desconozco el motivo, me gusta.
Podría estar escribiendo un sórdido relato o la más dulce de las poesías, pero no. Hay veces que uno tiene que pararse a pensar en sí mismo y levantar la cabeza, mirar con decisión y decir: "Aquí estoy".
Y yo muchas veces me pregunto qué es lo que me encontraré en mi camino, pero la respuesta siempre es que no hay respuesta. No es que la desconozca, no es eso, es que no hay respuesta.
No hablo de que mi camino se acabe mañana, que también es posible, pero no, yo lo que digo simplemente es que si todo sale bien esa pregunta no puede tener respuesta. Si quiero ser algo en esta vida es feliz, y eso no se reduce a un futuro lógico, sino a un caos eterno donde poder derramarme.
Para muchos la vida es un buen trabajo, una familia, una casa, un buen coche... Hablan de status. Yo cambiaría todas esas palabras por otra que se adecúan más a lo que yo siento: compañerismo, cariño, hogar y, incluso la última, por qué no, adrenalina. Sensaciones puras.
Me llena más una buena conversación que unos cubatas el sábado, y desde luego me llena mucho más el calor que te puede trasmitir una sola persona que el de una multitud.
Soy así.

lunes, 28 de enero de 2013

Como Jesucristo.


Estoy preso, atado a tus palabras y decisiones o, mejor dicho, a su falta, con férreas cadenas en una cárcel que no se ve pero se siente. Y ya me empiezan a sangrar las heridas de las esposas, úlcerándoseme las muñecas y los tobillos con cada nuevo día que pasa.
Con un castigo como la cruz de Jesucristo, en la cual no solamente fue crucificadp, sino condenado a portarla hasta el Gólgota haciendo mucho más dura la pena.
Y ese soy yo, el Jesucristo cargando la pesada cruz en su espalda, esperando el momento del castigo final, o tal vez confiando en un perdón que está complicado pero no imposible.
Y si muero decir que resucitaré al tercer día, sólo deseo poder vivir o poder morir, pero que sean compasivos y no me hagan conrtinuar por más tiempo con esta carga tan titánica.

sábado, 19 de enero de 2013

Podrías ser tú.


Le gustaba provocar, y provocaba infartos con sus intransitables curvas por las que más de uno había perdido la locura. Salía de noche sin que sus padres lo supiesen y allí vivía, escondida entre sombras, buscando ese príncípe que fuera digno de sus carnosos labios.
Se esforzaba cada día en parecer terrenal, pero ella era una estrella caída del cielo y su brillo iluminaba corazones que, por alguna causa, había perdido la luz interior. Paseaba ante la atenta mirada de muchos que no se atrevían a decir un "hola", embrujando a otros tantos. Era una mujer encantadora en todos los sentidos que pudiese tener la palabra, sin embargo era desgraciada.
Su corazón no había conocido el amor, no sabía lo que era sentirse querido, y eso la apenaba demasiado. Necesitaba un príncipe que supiese que ella sería su princesa, que ella merecía el oro y no una escoba, pero, por más que buscase, no aparecía. Hasta que le conoció.




Le gustaba pasear a solas escudriñando la negra noche con sus negros ojos por los que varias habían suspirado. Salía sin un horario fijo, inmerso en un profundo caos que nadie más soportaría, buscando esa princesa que quisiera acompañarlo en cada baile.
Se esforzaba cada día en parecer alguien común, pero en su interior dominaban la filosofía y las letras y eso era algo que le costaba mucho ocultar. Muchas lo miraban impresionadas pero no eran capaces de dedicarle una sola palabra, otras tantas lo intentaron sin triunfar. Era un hombre cautivador en todos los sentidos que pudiese tener la palabra, sin embargo era desgraciado.
Su corazón no había conocido el amor, no sabía lo que era sentirse querido, y eso lo apenaba demasiado. Necesitaba una princesa que supiese apreciar su valía, él merecía el oro y no le daban más que latón, pero, por más que buscase, no aparecía. Hasta que la conoció.

viernes, 18 de enero de 2013

Vía de escape.


No sé qué es peor, que el móvil no suene o que cada vez que lo haga no cumpla tus espectativas ni de lejos. Y ahí me muevo.
No sé si todos sabéis en qué consistía el castigo que impuso Zeus a Sísifo, pero es el que yo estoy soportando ahora. No, disculpad, es mucho peor, Sísifo tenía que subir una piedra por una colina, pero mi castigo no es físico sino mental. Y se repite una y otra vez, una y otra vez.
Hoy aún quedan muchos meses para mayo pero sé con certeza que éste no será florido, mis lágrimas mezcladas con alcohol son lluvia ácida y el terreno está demasiado pisado como para que germine nada. Sólo malas hierbas pueden nacer, y es duro cuando el jardinero se empleó con tanta entrega.
Por suerte me quedan la música y la literatura, y una cerveza fresca nunca se desprecia. Evadirme a ritmo de suave jazz mientras mato a mis demonios a golpe de palabra sabiendo que esto nadie nunca podrá quitármelo. Y, sí, llegaré a ser un escritor consagrado, de eso estoy seguro, si no lo soy ya. Consagrado para mí mismo, y en esto el resto me importa más bien poco. No voy a negar que me gustaría vivir de esto, como a muchos otros, sólo que tengo claro que yo soy mi primer lector.
¿Sabéis? Estoy empezando a observar algo muy curioso. Si tú le das algo a alguien no le hará demasiado caso, sólo le prestará atención cuando tema perderlo. Y sabiendo eso debería de ser un hijo de puta. A veces uno se cansa de dar todo, de apoyar al resto sin sentir su apoyo cuando eres tú quien lo necesita, de pensar en otros sin que nadie piense en ti. Y mi cuerpo ya me pesa mucho.
Si hoy escribo, mañana cometeré un asesinato. y sino tiempo al tiempo. Ya disparo, sólo que de momento afino mi puntería con diferentes balas, pero esta rabia es difícil de calmar.
Espero que al menos cuando vengan a grabar la gente diga: "era un desgraciado, nunca saludaba", eso me haría feliz.