Tiempos de cambio.

Cómo encontrar palabras para describir algo que la propia razón no entiende, me pregunto. Cómo hacerlo y lograr que ello le haga justicia.
Es locura, sin sentido ni causa, locura por placer y disfrute. Sonreír sin motivo sabiendo que es así y que eso es lo mejor que tiene, porque... ¿Para qué buscárselo? ¿Para tener que dejar de sonreír? No, gracias.
Es pasión desenfrenada, como sangre que brota por las espinas de una rosa roja. El momento que se escapa y sabes que no puedes dejar marchar ni por todo el oro del mundo.
Es tierra, es cielo.
Es el principio de un largo camino.

Non é casualidade.

     - Tes demasiada sorte, recoñéceo, asemella que todo che sae ben. Diría máis, aínda cando erras, naide se queixa... E, non, non dá o mesmo oito que oitenta, pero no teu caso aplícaseche... E, sabes o pior? Sempre levas ese sorriso enriba.

     - Queres saber por qué a vida me sorrí? - Díxenlle eu.- Porque eu lle sorrío a ela.  

Arte compensatoria. Dedicado.

Es como cuando soplas y salen miles de pompas de jabón, contemplas fascinado como estallan y admiras su bella y breve delicadeza. Como cuando pruebas Peta Zetas por primera vez y sientes las explosiones en tu boca, escuchas los chasquidos y saboreas el dulce. Como una sesión de fuegos artificiales que iluminan el cielo y tus ojos, y no puedes dejar de mirar.

Es una racionalidad absolutamente irracional que se pierden en los márgenes y en el tiempo, sin dar motivos, aunque tampoco los busque. Una brecha dónde, de vez en cuando, se juntan mis heridas y las tuyas a pesar de no existir coherencia.

Es cada uno de esos minutos que valen oro, que valen horas. Cada una de esas horas que hacen madurar años.

Es mi arte compensatoria, mi perdón innecesario, soy yo.

Profunda dor.

                Seu pai, entre as brétemas da noite, agochábase, mais a súa maldade non era tan sinxela de esconder.

                Acababa de cometer o peor crime, asasinaraa. O seu corazón aínda latía, os seus pulmóns filtraban o osíxeno e os seus ollos podían ver, é certo, pero ela estaba morta.

                Entre berros e suor, súplicas e forza bruta, sentiu como o demo lle separaba as pernas e a penetraba. O seu espírito fragmentouse e fuxiu deixando atrás un recipiente baleiro ó que se lle chama corpo. Fuxiu en mil direccións, tantas coma pedaciños, chorando a lágrima solta, aquí e acolá.

                E as súas bágoas convertéronse no orballo da mañá.

P.D.: Te quiero.

                Intenso y apasionado pero terriblemente corto, así es cómo yo lo definiría. El comienzo del fin.

                Por un instante el tiempo se detuvo, si es que fluye de manera constante, y lo hizo para cambiar nuestras vidas. Podríamos decir que fue el Big Bang que marca nuestro rumbo, nuestro destino y cada una de sus estaciones, una explosión de energía que emana y nos lleva a expandirnos pero siempre conectados. Y con una sonrisa sin pretensiones pero digna de la mejor de nuestras alabanzas.

                Es cerrar los ojos para recordar, para recordarte, y estremecerme con violencia.

                                                     

P.D.: Te quiero.

21 de mayo.

Y hoy son 365 días, aunque el tiempo en realidad no exista.

Y la vida da vueltas como el tambor de un revólver que juega a la ruleta rusa hasta encontrar la bala con el percutor. Esperando el momento oportuno para cambiar el rumbo.

Y somos una suma de recuerdos, adictos al pasado como una droga pero intentando mirar el futuro con más empeño que acierto.

Y algún día nos encontraremos de nuevo con la certeza de que todo habrá cambiado pero de que nada habrá cambiado, de que lo que un día fue cierto hoy sigue siéndolo porque ambos lo queremos.

Por hoy, por ayer, por siempre.

Corazón noble.

El tambor retumba y marca el ritmo, en lo profundo, donde va a morir la última luz. Casi da miedo pensar que es así, pero dirige el mundo sin sentirlo y con la precisión de un cirujano experto.
Manejar la intensidad y la frecuencia se convierte en un simple juego de niños, le resulta más simple que una palanca. Rápido y fuerte o mucho más pausado y cálido, como saetas cansadas giran sin detenerse pero variando el ritmo. Sabe que tiene el poder de manejarlo todo, de cambiar el rumbo cual capitán de barco buscando los vientos más favorables para surcar la inmensidad. El futuro es incierto, eso se sabe, pero quien no juega al azar puede adaptarlo a su medida, y eso es lo que él hace.
Y de nuevo golpea, con su propio ritmo, transformando la realidad. Y de nuevo golpea trabajando la armonía.
Desconozco si es fuente de vida o algún día nació y creció hasta convertirse en lo que es hoy, pero ahora mismo no hay Dios más poderoso ni otro que gobierne.
Forjando el mundo.

El niño se hace grande.

Esto es un resumen en forma "relato" que hice en clases.
No es exactamente lo que acostumbro a subir pero ahí lo tenéis.

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Los sentidos captaban cada mínima perturbación de su entorno invadiéndolo hasta abrumarlo. Sensaciones que llegan y no hay quien las detenga, pues, aunque ya tiene el escudo de defensa, todavía no aprendió a utilizarlo.

Dormir, dormir es lo único que amaina la tormenta por un rato. Y así durante meses.

Aprender a moverse, poder moverse, y sólo para poder seguir experimentando, abrumándose con sensaciones y, por supuesto, dormir. Dormir, descanso y orden.

Recordar todo aquello por lo que ha pasado, todo aquello que ha podido captar, ayer y siempre, será el próximo logro. Lo que ha vivido y lo que puede extrapolar de ello.

Y todo destinado a un único fin, el pensamiento. Solucionar problemas antes incluso de poder intentarlo, razonar por qué puede hacerse así y, por último, pensamiento divergente. Ser creativo, tener capacidad para aportar métodos sin un esquema preestablecido.

Y así es cómo el niño, poco a poco, se hizo grande. 

Los actores de Hollywood (adaptación Los músicos de Bremen)

Es una adaptación para un trabajo de clase, pero también tiene cabida aquí.

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Había una vez un pobre burrito cuyo amo ya no quería, pues se había comprado un tractor para trabajar el campo y ya no le hacía falta. Como el amo quería matarlo para deshacerse de él, se escapó de casa y pensó qué iba a ser de su vida. Decidió que se iría a Hollywood para ser un animal actor, pues siempre había tenido grandes dotes de interpretación.

                Por el camino se encontró a un galgo de carreras que ya no podía ganar a nadie, al pobre le gustaba mucho leer obras de teatro pero ya no podía concentrarse cuando corría, en su cabeza sólo estaba el “Ser o no ser” de Shakespeare. El burro lo animó y le dijo que podía irse con él, que los dos podían triunfar en Hollywood.

                Caminando, caminando, se encontraron un gato al que su dueño había echado de casa. El motivo, había dejado de cazar ratones y ahora sólo comía pienso delante de la televisión, donde se emocionaba con las telenovelas. El gato también se unió al grupo, pensando que podría ser un buen futuro para él conociendo a tantos actores famosos, y los tres siguieron su camino.

                Un poco más adelante se encontraron un gallo que había escapado justo a tiempo de que no le cortaran la cabeza, su dueño se había comprado un despertador que podía poner a la hora que quería y el gallo ya no tenía ninguna función. Los tres amigos lo animaron y le dijeron que podía unirse a ellos, que con esa espléndida voz seguro que triunfaba en la gran pantalla.

                Al pasar unos días llegaron a Hollywood y decidieron ir a una productora a pedir trabajo. Cuando estaban cerca de la puerta vieron a unos tipos salir corriendo mientras detrás gritaban “¡Al ladrón, al ladrón!”.  El burro, el perro, el gato y el gallo, como eran muy valientes, decidieron detener a los ladrones. Se posaron uno encima del otro hasta que quedó debajo de todo el burro, encima el perro, justo después el gato y coronándolos el gallo con sus alas abiertas. Los ladrones se asustaron tanto que resbalaron y se cayeron justo cuando llegaba la policía, que pudo detenerlos.

                El dueño de la directora, entre agradecido e impresionado por tal hazaña, decidió contratarlos para sus películas, y así por fin los cuatro tuvieron la nueva oportunidad que tanto querían.

Y colorín, colorón, otro cuento que mola un montón.

Morgana.

Su aura púrpura augura una muerte próxima, llena de dolor y podredumbre, en su tierra maldita donde la hierba no germina y la magia se intensifica. Su magia es oscura como sus alas y sus grilletes con los que te roba el alma en un baile donde la morgue siempre está presente. Si la ves tu única salvación será correr, huír presuroso antes de caer en la tentación de sus sugerentes curvas que no muestran más que tu perdición.

Es la belleza mortal por excelencia, en la que caerás seguro y de la que nunca podrás salir; es esa belleza exótica y exuberante que te cautiva poco a poco para encerrarte en un mundo donde se desvanece tu existencia. Es Morgana, brujería que será tu fin.