lunes, 29 de junio de 2015

El escritor triste.

   De qué material estarán hechas las palabras para que, dependiendo de su uso, adquieran tan distintas propiedades.
   He visto cientas siendo arrastradas por la más leve brisa a lomos de un diente de león, tan livianas que podrían posarse sobre cualquiera sin perturbarlo en lo más mínimo. Hay otras que caen y ya nadie nunca será capaz de levantarlas destruyendo aquello donde se posan pero sentando nuevas bases.
   Hay palabras que no serían capaces de romper una pompa de jabón, pero también que desgarran escudos e hieren al más protegido.
   Palabras nube de azúcar, sabor limón e incluso whisky reserva; palabras con materia, toda ellas.

   De qué material estarán hechas las palabras para que puedan llegar a tener un valor tan alto, altísimo, del precio de las emociones. Y a pesar de todo nunca deberían ser vendidas.



   Dulce e irónico castigo el del escritor que quiere regalarlas y se ve obligado a vivir de ellas. Yo no quiero hacerlo; tampoco morir de hambre.  

viernes, 26 de junio de 2015

Leer es de maricas.

Sólo hay una pasión que me mueva: las fiestas que se van de madre.
Varios litros acompañados de alguna línea que otra siempre gustan, y deseando que terminen con una sesión de descoordinado sexo. Coger el coche sin casi saber que hay que girar la llave para salir quemando rueda es ya un clásico.
Al día siguiente, por supuesto, hay que depurar el cuerpo en el gimnasio. Musculatura, el resto es perder el tiempo. Las piernas tampoco importan mucho.

Soy un triunfador y en mi puta vida he abierto un libro. Ya sabéis, leer es de maricas.