martes, 28 de mayo de 2013

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El más absoluto silencio sólo lo rompía el tic-tac de un reloj y sus saetas, como si quisieran recordarme que el tiempo nunca se detiene. Sin embargo hoy a sido un día que ya se me hace interminable, con los nervios a flor de piel, ni mi cabeza soporta esta tensión.
El pasado se queda atrás, mentira, aún duele; el futuro es demasiado incierto como para hablar de él en este episodio. Del presente... sólo puedo traer estos puntos suspensivos.
Me encuentro en el lugar más inhóspito: las entrañas de una mente perturbada donde la paz no es posible aunque de guerra nunca se hable, buscándome en su espesura. Temo perder la vida al igual que he perdido mi cordura, como agua entre las manos.
Necesito un descanso, un refrigerio que alivie esta pesadumbre y um soplo de aire fresco que encharque de vida mis pulmones, sólo así seré capaz de continuar. Hace tiempo que la carga me ha superado y ya sólo camino por rutina, mas estas tierras son demasiado estériles para llenarme de nuevo, he de encontrar presto mi lugar, de lo contrario pronto serviré de alimento a esos buitres.
Todo se reduce a un signo ortográfico: los puntos suspensivos. Esperanza entre la angustia.

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