martes, 14 de mayo de 2013

Rándom.


¿Conoces esa sensación de haber perdido algo que no era tuyo?
Te sientes extrañado contigo mismo porque, aún sabiendo que no te pertenecía, querías creerte que sí.
Hay veces en que las cosas se complican tanto que hay que romper con todo, pero en tu interior quedan pedacitos de emociones que se niegan a salir y caer en el olvido. Y no es nada malo, tranquilo. Es más, yo diría que es algo bonito, porque significa que un día fue algo bonito.
Y puede que el resentimiento te cierre los ojos, pero sólo tú puedes entender qué es lo que te pasa y cuál es la manera de darle solución, pues, al fin y al cabo, sólo en ti han germinado tan desconcertantes pensamientos.
Tal vez sea una realidad cruel el darte cuenta de que todo tiene un fin, o al menos de que lo tuvo, pero donde hay muerte has de llevar vida, y quizá algún día todo pueda volver al mismo cauce, o no, pero al fin y al cabo el agua nunca deja de fluir.
Si tienes algo que decir debes hacerlo y si tienes algo que sentir debes sentirlo, y la vida te regalará momentos preciosos.
Recuerda que en todo camino puedes encontrar piedras, pero con piedras también puedes hacer un hogar donde estar con los tuyos.

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