¿Conoces esa sensación de haber
perdido algo que no era tuyo?
Te sientes extrañado contigo mismo
porque, aún sabiendo que no te pertenecía, querías creerte que sí.
Hay veces en que las cosas se complican
tanto que hay que romper con todo, pero en tu interior quedan
pedacitos de emociones que se niegan a salir y caer en el olvido. Y
no es nada malo, tranquilo. Es más, yo diría que es algo bonito,
porque significa que un día fue algo bonito.
Y puede que el resentimiento te cierre
los ojos, pero sólo tú puedes entender qué es lo que te pasa y
cuál es la manera de darle solución, pues, al fin y al cabo, sólo
en ti han germinado tan desconcertantes pensamientos.
Tal vez sea una realidad cruel el darte
cuenta de que todo tiene un fin, o al menos de que lo tuvo, pero
donde hay muerte has de llevar vida, y quizá algún día todo pueda
volver al mismo cauce, o no, pero al fin y al cabo el agua nunca deja
de fluir.
Si tienes algo que decir debes hacerlo
y si tienes algo que sentir debes sentirlo, y la vida te regalará
momentos preciosos.
Recuerda que en todo camino puedes
encontrar piedras, pero con piedras también puedes hacer un hogar
donde estar con los tuyos.
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