jueves, 9 de julio de 2015

Altas pretensiones.

Como una gota de agua que se resiste a morir bajo el agobiante calor de julio, que se resiste a evaporarse hasta formar una masa amorfa junto con el resto. Así me siento.
Como la última gota, echando de menos algo que no quiero y enfrento gastanto las últimas reservas de fuerza que guardo en mi yo inmaterial, preguntándome cuánto tiempo tardaré en sucumbir.
El invierno todavía se ve demasiado lejano y yo ya no podré aguantar mucho más; esperemos que el otoño pueda darme un respiro, si es que soy capaz de llegar a él. Quizá antes me ayude alguna benigna tormenta en un año que se espera especialmente seco...

Sólo me queda confiar, sin suerte ni destino que juegue conmigo. Confiar en que soy quien realmente creo y entregar todo mi ser a cada segundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario